6 feb 2013

Poder e Internet

Todas las tecnologías disruptivas alteran el tradicional balance de poder, Internet no es la excepción. Lo que se dice comúnmente es que fortalece a los débiles, pero esa es la mitad de la historia. Internet fortalece a todos. Quizás las grandes instituciones puedan ser algo lentas en hacer uso de esa nueva capacidad, pero debido a que son poderosas, pueden utilizarlo de forma más efectiva. Gobiernos y corporaciones se han dado cuenta del hecho que no solo también pueden usar Internet, sino que también pueden controlarla para sus propios intereses. A menos que comencemos a debatir deliberadamente acerca del futuro en el que deseamos vivir, y la tecnología de la información está posibilitando ese mundo, terminaremos con una Internet que beneficie a las estructuras de poder existentes y no a la sociedad en general.

Todos hemos vivido a lo largo de la historia disruptiva de Internet. Industrias enteras, como las agencias de viajes y negocios de alquiler de videos, desaparecieron. La publicación tradicional -- libros, periódicos, enciclopedias, música -- perdieron poder, mientras Amazon y otros lo ganaron. Compañías basadas en la publicidad como Google y Facebook ganaron mucho poder. Microsoft perdió poder (a pesar que sea difícil creerlo).

Internet también cambió el poder político. Algunos gobiernos perdieron poder, al organizarse los ciudadanos en Internet. Los movimientos políticos se vuelven más fáciles, ayudando a derrocar gobiernos. La campaña de Obama hizo un uso revolucionario de Internet, tanto en 2008 como en 2012.

Internet también cambió el poder social, ya que recogemos cientos de "amigos" en Facebook, twiteamos nuestro camino a la fama, y encontramos comunidades para los pasatiempos e intereses más oscuros. Y algunos crímenes se hacen más sencillos: el fraude suplantación se vuelve en el robo de identidad, la violación de derechos de autor se hace compartiendo archivos, y el acceso a materiales censurados -políticos, sexuales, culturales- se hacen trivialmente fáciles.

Ahora poderosos intereses están buscando dirigir deliberadamente esta influencia para su propia ventaja. Algunas corporaciones están creando entornos de Internet que maximizan sus ganancias: Facebook y Google, entre muchos otros. Algunas industrias están presionando por leyes que hagan más rentable sus particulares modelos de negocios: los operadores de telecomunicaciones quiere ser capaces de discriminar entre diferentes tipos de tráfico Internet, las compañías de entretenimiento quiere ponerse más estrictos con el compartir archivos, los publicitarios quiere acceso sin trabas a la información de nuestros hábitos y preferencias.

Por parte del gobierno, más países censuran Internet -y lo hacen mas eficazmente que nunca antes. Las fuerzas policiales del mundo están usando la información de Internet para la vigilancia, con menos supervisión judicial y a veces antes de que suceda ningún crimen. Los militares fomentan una carrera armamentista de ciberguerra. La vigilancia por Internet -tanto comercial como gubernamental- está creciendo, no solo en estados totalitarios sino también en democracias occidentales. Tanto compañías como gobiernos se basan más en la propaganda para crear falsas impresiones de la opinión pública.

En 1996, el ciber-libertario John Perry Barlow publicó su "Declaración de la Independencia del Ciberespacio." Dijo a los gobiernos: "No tienen derecho moral para gobernarnos, ni poseen ningún método de imposición del cual tengamos razones verdaderas por la cual temer." Fue un ideal utópico, y muchos de nosotros le creímos. Creímos que la generación de Internet, aquellos que abrazan rápidamente los cambios sociales que trajo esta nueva tecnología, podría aventajar rápidamente a las instituciones más poderosas de la era anterior.

La realidad resultó ser mucho más complicada. Lo que olvidamos es que la tecnología amplifica el poder en ambas direcciones. Cuando el débil encuentra Internet, repentinamente tiene poder. Pero mientras los desorganizados y ágiles fueron los primeros en hacer uso de las nuevas tecnologías, eventualmente los poderosos elefantes tomaron conciencia del potencial -y tuvieron más poder para aumentar. Y no solo Internet cambia el balance de poderes, sino que el poderoso también puede cambiar Internet. ¿Alguien más recuerda cuan incompetente era el FBI al investigar los crímenes de Internet al comienzo de los 90's? O ¿cómo los usuarios de Internet eludieron a la censura China y a la policía secreta de Medio Oriente? ¿O cómo el dinero digital estaba por convertir en obsoletas a las monedas gubernamentales, y organizaciones en Internet iban a hacer obsoletos a los partidos políticos? Ahora todo eso se ve como historia antigua.

No todo es unilateral. Las masas ocasionalmente se organizan alrededor de un tema específico - SOPA/PIPA, la primavera árabe, y así - y pueden bloquear algunas acciones de los poderosos. Pero eso no dura. Los desorganizados vuelven a ser desorganizados, y los poderosos intereses recuperan las riendas.

Los debates sobre el futuro de Internet son moral y políticamente complejos. ¿Cómo equilibramos la privacidad personal frente a lo que necesitan las leyes para impedir las violaciones de derechos de autor? ¿O la pornografía infantil? ¿Es aceptable ser juzgado por invisibles algoritmos de computación cuando obtenemos  resultados de una búsqueda? ¿y cuando recibimos artículos de noticias? ¿Cuando somos seleccionados para una revisión adicional por la seguridad del aeropuerto? ¿Tenemos derecho a corregir información acerca de nosotros? ¿Y a eliminarla? ¿Queremos sistemas de computación que olviden cosas después de alguna cantidad de años? Estos son asuntos complicados que requieren un profundo debate, cooperación internacional, y soluciones iterativas. ¿Alguien cree que estamos a la altura de las circunstancias?

No lo estamos, y esa es la preocupación. Porque si no estamos intentando comprender como modelar Internet de forma que sus efectos positivos superen a los malos, intereses poderosos harán todo el trabajo de darle forma. El diseño de Internet no fijado por leyes naturales. Su historia es un accidente fortuito: una falta inicial de interés comercial, una benigna negligencia gubernamental, requerimientos militares para la supervivencia y la capacidad de recuperación, y la natural tendencia de los ingenieros de computación de construir sistemas abiertos que funcionen simple y fácilmente. Esta mezcla de fuerzas que crearon la Internet de ayer no se puede confiar serán las que crearan la Internet que viene. Batallas sobre el futuro de Internet están comenzando ahora mismo: en legislaturas en el mundo, en organizaciones internacionales como la ITU y la OIC y en los cuerpos estándares de Internet. Internet es lo que hagamos de ella, y está constantemente recreada por organizaciones, compañías y países con intereses y agendas específicos. O luchamos por sentarnos a la mesa, o el futuro de Internet será algo hagan por nosotros.

Este ensayo surgió como una respuesta a la pregunta anual de Edge "¿De que *deberíamos* estar preocupados?"

Traducción: Raul Batista - Segu-Info
Autor: Bruce Schneier
Fuente: Blog de Bruce Schneier

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