1 feb 2024

Principales errores de la postura de seguridad

Cada año presenta un nuevo conjunto de desafíos y oportunidades para fortalecer nuestra postura de ciberseguridad. Es la naturaleza del campo: la velocidad a la que los actores maliciosos llevan a cabo amenazas persistentes avanzadas genera una batalla constante y en evolución por la resiliencia cibernética. La ilusión en ciberseguridad reside en esa adaptación y aprendizaje continuo, estando siempre un paso por delante de las posibles amenazas.

Como profesionales de una industria que opera las 24 horas del día, esta hipervigilancia se convierte en algo natural. Siempre estamos en un estado constante de preparación, anticipando el próximo paso, adaptando estrategias y contrarrestando amenazas. Sin embargo, sigue siendo igualmente crucial estar al tanto de las vulnerabilidades más comunes que afectan las posturas de seguridad en este momento. ¿Por qué? Conocer estos puntos débiles no se trata sólo de defensa; se trata de garantizar una continuidad empresarial sólida e ininterrumpida en un entorno donde los riesgos siempre están a la vuelta de la esquina.

La importancia de evaluar periódicamente su postura de seguridad

El camino para construir una postura de seguridad ciberresiliente comienza con la identificación de las vulnerabilidades existentes. Según el informe Tripwire, cuando se le pregunta a una empresa sobre la visibilidad de sus vulnerabilidades, menos de la mitad de los profesionales de la ciberseguridad afirman tener una visibilidad alta (35%) o completa (11%). En el mejor de los casos, más de la mitad de las organizaciones (51%) sólo tienen una visibilidad moderada de sus vulnerabilidades.

Las evaluaciones periódicas son una de las principales formas de evaluar la postura de seguridad de su organización y obtener la visibilidad que necesita para comprender dónde están los riesgos. Estas evaluaciones revisan exhaustivamente las prácticas e infraestructura de ciberseguridad de su organización y pueden variar en alcance y frecuencia según las necesidades de su organización y la madurez de su programa de riesgos.

Cuando se trata del programa de gestión de vulnerabilidades, la mayoría de las empresas cuentan con un programa de este tipo. Según la encuesta, una gran mayoría de las organizaciones (71%) tienen un programa formal interno de gestión de vulnerabilidades. Pocas organizaciones (12%) tienen solo programas informales ad hoc, el 8% tienen programas administrados por terceros y el 9% no tiene ningún programa.

Madurez de seguridad y frecuencia de pruebas

Este nivel se distingue por el análisis de riesgos y la priorización en el entorno:

  • NIVEL 0: Sin programa de gestión de vulnerabilidades.
  • NIVEL 1 – Escaneo: sin análisis ni orientación de remediación.
  • NIVEL 2 – Evaluación y cumplimiento: estrategia estructurada con evaluaciones periódicas del cumplimiento y las mejores prácticas. Procesos establecidos.
  • NIVEL 3 – Análisis y priorización: análisis más allá del ranking CVSS; La priorización de las amenazas está determinada por el riesgo específico del entorno de TI individual.
  • NIVEL 4: Gestión de ataques: utiliza datos de pruebas de escaneo para identificar cómo un ataque de amenaza podría moverse a través del sistema.
  • NIVEL 5 – Gestión de riesgos empresariales: un programa de gestión completamente desarrollado que tiene en cuenta todo el entorno, analiza datos de escaneos de vulnerabilidades y pruebas de penetración, examina métricas para identificar tendencias y utiliza procesos mejorados y técnicas de remediación.

Aparte de esto, cuando se trata de capacidades de gestión de vulnerabilidades, la encuesta encontró que la evaluación de vulnerabilidades (70%) encabezó la lista. Le siguen el descubrimiento de activos (66%), el escaneo de vulnerabilidades (63%) y las funciones de gestión de riesgos (61%).

De acuerdo a estas estrategias se puede medir la madurez de la organización:

  • Estrategia inmadura o sin riesgo: las evaluaciones no se realizan con una frecuencia continua o se realizan de forma ad hoc.
  • Estrategia de riesgo emergente o ad hoc: las evaluaciones se realizan con cierta frecuencia, generalmente trimestral o mensual.
  • Estrategia madura o establecida: las evaluaciones se realizan de forma continua, generalmente mensualmente.
  • Estrategia avanzada: las evaluaciones periódicas están integradas en el programa general de riesgos y se realizan mensual o semanalmente, según el tipo de prueba.

Frecuencia de prueba sugerida por marco común

  • NIST CSF: Las pautas del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) varían de escaneos trimestrales a mensuales, según las pautas específicas del marco rector.
  • PCI DSS: El Estándar de seguridad de datos de la industria de tarjetas de pago (PCI DSS) exige análisis trimestrales.
  • HIPAA: La Ley de Responsabilidad de Protección de la Información de Salud (HIPAA) no requiere intervalos de escaneo específicos, pero enfatiza la importancia de una estrategia de evaluación bien definida.

Tipos de evaluaciones periódicas

  • Escaneos de vulnerabilidad
  • Pruebas de penetración
  • Simulaciones de infracciones y ransomware
  • Escaneos de reputación de seguridad
  • Análisis de impacto empresarial
  • Evaluación de la postura de seguridad
  • La realización de evaluaciones de forma rutinaria permite a su organización identificar de forma preventiva posibles amenazas y vulnerabilidades de seguridad, de forma muy similar a los controles preventivos de salud para la ciberseguridad de su organización.

Las 6 principales vulnerabilidades

Ahora, exploremos las vulnerabilidades que se encuentran comúnmente durante estas evaluaciones periódicas de la postura de seguridad y su impacto potencial en la integridad de la seguridad de su organización.

1. Brechas en el programa de gestión de vulnerabilidades

Un programa estructurado de gestión de vulnerabilidades es la piedra angular de la ciberseguridad proactiva para su organización. Sirve como radar de su organización para identificar y abordar rápidamente las debilidades de seguridad. Las organizaciones que carecen de un programa de este tipo se exponen a riesgos importantes, como una mayor exposición a vulnerabilidades conocidas, una gestión de parches ineficiente y una capacidad reducida para priorizar las vulnerabilidades críticas.

2. Deficiencias en Detección y Monitoreo

Los sistemas de detección inadecuados pueden dejar a su organización ciega ante las amenazas en curso, permitiendo a los atacantes operar sin ser detectados durante períodos prolongados. Sin sistemas de detección adecuados, como sistemas avanzados de detección de intrusiones (IDS) o soluciones de gestión de eventos e información de seguridad (SIEM), existe el riesgo de que la detección de amenazas se retrase o se pierda, aumente el tiempo de permanencia de los atacantes y un mayor potencial de filtración de datos.

Para mejorar este aspecto, es crucial introducir herramientas y estrategias de seguimiento avanzadas. Implementar tecnologías de respuesta y detección de amenazas de última generación, utilizar análisis de comportamiento para la detección de anomalías y realizar ejercicios de búsqueda de amenazas son algunos de los enfoques clave para mejorar las capacidades de detección.

La ausencia de tales medidas retrasa la identificación de amenazas y obstaculiza la capacidad de responder de manera efectiva y oportuna. Implementar un sistema de detección y monitoreo sólido y completo es esencial para mantener una defensa sólida contra las ciberamenazas en evolución. Esto incluye actualizar y perfeccionar continuamente las metodologías de detección para mantenerse a la vanguardia de los últimos vectores y técnicas de ataque utilizados por los ciberdelincuentes.

3. Falta de políticas y procedimientos

Las organizaciones necesitan políticas y procedimientos formalizados de ciberseguridad para gestionar eficazmente los riesgos de seguridad. Sin esto, existen numerosas consecuencias, incluidas prácticas de seguridad inconsistentes en todos los departamentos, capacidades de respuesta a incidentes debilitadas, dificultad para garantizar el cumplimiento de las regulaciones y una mayor exposición a consecuencias legales, regulatorias, financieras y de reputación.

Elaborar e implementar políticas de seguridad integrales implica desarrollar y documentar estas políticas con claridad, garantizar que se comuniquen de manera efectiva a todos los empleados y educarlos sobre la importancia del cumplimiento.

Se necesitan revisiones, actualizaciones y adaptaciones periódicas de estas políticas para mantener el ritmo de la evolución del panorama de las amenazas cibernéticas. Esto también garantiza que las medidas de ciberseguridad de la organización sigan siendo relevantes y efectivas. Además, contar con un conjunto de procedimientos bien definidos ayuda a estandarizar las respuestas a incidentes de seguridad, lo que ayuda a minimizar el impacto y acelerar los tiempos de recuperación en caso de una brecha.

4. Prácticas de prueba inadecuadas

Las pruebas periódicas de los sistemas de seguridad y los planes de respuesta a incidentes son vitales para identificar debilidades y garantizar la preparación para ataques del mundo real. Esto incluye realizar pruebas de penetración periódicas para descubrir vulnerabilidades, crear, practicar y ajustar planes de respuesta a incidentes y participar en evaluaciones de seguridad de terceros. No se puede subestimar la importancia de las pruebas periódicas, ya que no solo ayudan a identificar vulnerabilidades antes de que lo hagan los atacantes, sino que también evalúan la eficacia de los controles de seguridad existentes.

Además, las pruebas periódicas garantizan una respuesta rápida y eficaz a los incidentes, mitigando posibles daños de forma proactiva. Esta práctica es crucial para mantener una postura de ciberseguridad actualizada y resiliente, capaz de defenderse contra las últimas amenazas a la seguridad. La colaboración con expertos externos para las evaluaciones aporta una perspectiva externa, que a menudo descubre puntos ciegos que los equipos internos podrían pasar por alto.

5. Capacitación y Concientización

El personal insuficientemente capacitado puede introducir vulnerabilidades sin darse cuenta y hacer que una organización sea más susceptible a los ataques. El problema de una formación insuficiente provoca configuraciones erróneas, errores humanos y falta de reconocimiento y respuesta a las amenazas, lo que reduce la eficacia de los controles de seguridad. Para abordar esto, son cruciales enfoques para la capacitación en concientización sobre seguridad. Proporcionar capacitación continua en ciberseguridad, fomentar el desarrollo profesional y las certificaciones y fomentar una cultura de concienciación sobre la seguridad son medidas clave.

Estas iniciativas de capacitación ayudan a garantizar que el personal de todos los niveles esté equipado para identificar y responder a las amenazas a la seguridad de manera efectiva. Al mantener a la fuerza laboral informada y vigilante, las organizaciones pueden reducir significativamente el riesgo de infracciones causadas por errores humanos. Este enfoque proactivo para la capacitación del personal es un componente crítico de una estrategia integral de ciberseguridad.

Adopción e implementación del marco

Seleccionar y adherirse a un marco de ciberseguridad es crucial para las organizaciones que buscan establecer un enfoque estructurado de seguridad. La necesidad de marcos radica en proporcionar una hoja de ruta clara para la seguridad, garantizar la alineación con las mejores prácticas de la industria y facilitar el cumplimiento de las regulaciones. El proceso recomendado para la selección del marco implica evaluar las necesidades específicas y la tolerancia al riesgo de su organización, elegir un marco adecuado (por ejemplo, NIST Cybersecurity Framework) y personalizarlo para que se ajuste a los requisitos únicos de la organización.

La adopción e implementación del marco proporciona un enfoque estructurado y metódico para gestionar los riesgos de ciberseguridad. También ofrecen pautas para establecer protocolos y medidas de seguridad sólidas, mejorando así la postura de seguridad general de una organización. La personalización del marco elegido garantiza que se alinee perfectamente con las necesidades de seguridad específicas de la organización, los estándares de la industria y los requisitos reglamentarios.

Apetito y comprensión del riesgo

Comprender el apetito por el riesgo de su organización e integrarlo en su estrategia de ciberseguridad es esencial para una gestión de riesgos eficaz. Determinar el nivel de riesgo que su organización está dispuesta a aceptar varía de una organización a otra e influye en la toma de decisiones y la asignación de recursos. Esta comprensión del apetito por el riesgo es crucial para alinear los esfuerzos de ciberseguridad con la tolerancia al riesgo de la organización y priorizar las medidas de seguridad basadas en evaluaciones de riesgos.

El riesgo informa la estrategia, y es necesario mantener una vigilancia continua para monitorear la evolución de los riesgos y adaptar las estrategias de seguridad en consecuencia. Este enfoque garantiza que las medidas de ciberseguridad no solo sean reactivas sino proactivas, anticipando amenazas potenciales y mitigándolas antes de que se materialicen. Al comprender y gestionar el riesgo de forma eficaz, las organizaciones pueden crear una postura de ciberseguridad sólida y resiliente adaptada a sus necesidades específicas y niveles de tolerancia al riesgo.

Mitigar las vulnerabilidades identificadas

Ahora que hemos examinado minuciosamente estas vulnerabilidades comunes, es fundamental comprender cómo priorizar su resolución en función de la gravedad y el impacto potencial. El primer paso es obtener más visibilidad de las vulnerabilidades de su organización. Una vez identificadas, puede priorizar estas vulnerabilidades de manera efectiva para mitigarlas.

Para mitigar estos riesgos, se sugiere implementar un marco aceptado por la industria como NIST CSF, CIS o SANS. Estos marcos guían a las organizaciones en el establecimiento de prácticas sólidas de ciberseguridad e implican evaluar las medidas de seguridad actuales en comparación con los estándares del marco, desarrollar e implementar políticas apropiadas y garantizar la capacitación regular del personal para la concientización. El monitoreo y la mejora continua son clave, ya que permiten identificar y rectificar oportunamente las brechas y vulnerabilidades de seguridad.

La ciberseguridad no es un esfuerzo único; es un compromiso continuo para proteger los activos y la reputación de su organización. Al abordar estas vulnerabilidades comunes reveladas en las evaluaciones de la postura de seguridad y mantenerse alerta, puede fortalecer su postura de seguridad y reducir el riesgo de ser víctima de ataques cibernéticos.

Fuente: THN

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