4 mar 2021

Facebook: realidad aumentada, privacidad reducida

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Los planes de Facebook me preocupan. Me preocupan mucho, y cada día me hacen pensar que la red social de Mark Zuckerberg ha perdido el norte por completo, y que el concepto de la privacidad que manejan poco o nada tiene que ver con lo que podemos considerar razonable. Y ya lo he dicho en muchas ocasiones, no tengo nada en contra de la red social per se, no me mueve una animadversión personal ni mucho menos, pero es que con no pocas de sus actuaciones e intenciones, demuestran un poco más que su hambre por los datos personales no conoce fin.

Y es que, según podemos leer en BuzzFeedNews, Facebook está considerando el reconocimiento facial para sus próximas gafas de realidad aumentada, un elemento más de sus planes para el mercado del hardware. ¿Y qué es lo único que se lo podría impedir? Las leyes que velan, precisamente, por la protección de la privacidad. Unas leyes que, con un poco de suerte, servirán de salvaguarda para evitar que los planes de Facebook a este respecto se puedan convertir en una realidad, y que cualquier persona con este dispositivo pueda ir identificando a las personas con las que se cruza por la calle.

Durante una reunión programada para toda la empresa, Andrew Bosworth, vicepresidente de realidad aumentada y virtual de Facebook, dijo a los empleados que la empresa está evaluando si tiene o no la capacidad legal para ofrecer reconocimiento facial en las gafas de realidad aumentada que, según, según algunas informaciones, llegarán al mercado a finales de este año. No se ha decidido nada, dijo, y señaló que las leyes estatales actuales pueden hacer imposible que Facebook ofrezca a las personas la posibilidad de buscar a otras personas basándose en imágenes de su rostro.

Al valorar los planes de Facebook a este respecto, no podemos olvidar que la red social cuenta con uno de los repositorios más grandes de Internet de fotos asociadas a nombres y cuentas de usuario del servicio. Una imágenes que, combinadas con la inteligencia artificial, permitieron a la compañía desarrollar en 2014 DeepFace, el sistema que emplea de manera regular desde 2015 para identificar a las personas que aparecen en las fotografías subidas por los usuarios a la red social. Una tecnología que, podemos deducir fácilmente, se trasladaría a las gafas que Facebook está diseñando en colaboración con Ray-Ban.

Si bien Bosworth afirmó entender las preocupaciones de privacidad sobre el reconocimiento facial, esto no le impidió ser criticó con las legislaciones que prohíben que las empresas privadas recopilen y almacenen datos biométricos como escaneos faciales sin el consentimiento de las personas. Leyes que, según afirmó, en algunos casos tienen más de una década y que, en su opinión, se han quedado obsoletas, y no tienen aplicación en el contexto tecnológico actual.

La argumentación del directivo de Facebook señala que el reconocimiento facial como herramienta en las gafas de realidad aumentada puede ser de gran ayuda para personas con discapacidad visual, además de actuar como un antídoto para la mala memoria, al recordarnos el nombre de las personas con las que estamos interactuando en un momento determinado, si es que no lo recordamos en ese momento. «Oportunidades perdidas«, lo califica.

En su conversación con los empleados, Bosworth afirmó en varias ocasiones ser consciente de la importancia de preservar la privacidad, e insistió en que la aproximación de Facebook a este modelo debería ser respetuosa con la misma. Además, lo planteó como un debate que debería desarrollarse durante los próximos meses, en el que sopesar pros, contras, y los hipotéticos modelos que permitan casar las potenciales utilidades de esta tecnología con el respeto a la privacidad. Algo que, al menos a priori, parece increíblemente complejo.

Me sabe mal decir esto porque, repito, no hablo con acritud, pero Facebook ha protagonizado muchos, demasiados titulares a lo largo de los años en los que, sea por por unas razones o por otras, la privacidad de sus usuarios se ha visto expuesta. Desde intentar comprar datos bancarios de sus usuarios hasta exponer los datos de los mismos por fallos de seguridad, cualquier persona que conozca la historia de Facebook sabe que la privacidad no está, ni mucho menos, entre sus virtudes. Más bien es su eterna asignatura pendiente.

Así, pensar que unas gafas diseñadas por Facebook y conectadas a Facebook pueden ir reconociendo a personas en espacios públicos y privados, es decir, que podemos ser geoposicionados una y mil veces aún si no empleamos la app de la red social en nuestros dispositivos y, sobre todo, no queremos ser geoposicionados, me parece aterrador, y confío en que ningún marco legal a lo largo y ancho del mundo permita el despliegue de una tecnología de ese tipo. En parte, porque quizá no quiera ser reconocido por todo el mundo, y en otra parte, porque tampoco quiero que Facebook pueda saber dónde estoy sin mi consentimiento.

Fuente: Muy Computer

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