27 mar 2009

Advierten sobre el peligro de no mirar la letra chica de los contratos en la red

La información que colocan los usuarios en los perfiles a la hora de suscribirse a redes sociales se utiliza en muchos casos para vender publicidad

Las condiciones contractuales que casi ningún usuario examina al registrarse en las redes sociales como Facebook, Sónico y Hi5, o a otros sitios como Blogger, MSN Messenger o Taringa son aprovechadas por algunas personas para vender publicidad.

Uno de los sustentos de estas redes es la publicidad y otras, incluyen cláusulas abusivas ocurre que el envío de avisos se pacta en los contratos que nadie lee, según publica Clarín en su edición de hoy.

La mayoría de los sitios usan los datos que suben a Internet los usuarios cuando se registran. Y con ellos personalizan los anuncios, propios o de otros que les pagan por ese servicio. Pero no venden avisos "al voleo".

La información que colocan los usuarios en sus perfiles, más los comentarios que expresan hostilidad o preferencias, forman parte de un tentador legajo virtual que es recolectado con la imprudente aprobación de los beneficiarios.

Esta suma de variables les permite a los administradores del sitio segmentar a su público por edad, sexo y nivel educativo, y tener datos sobre sus gustos, costumbres y relaciones de esta forma le garantiza a sus clientes que la publicidad que están enviando va a llegar al consumidor indicado.

Vender audiencia
Martín Spinetto, gerente de Servicios Online de Microsoft, advierte que "no compartimos la base de datos con otras empresas. Pero sí vendemos audiencia". Esto implica que si una firma quiere apuntar su campaña a un determinado sector, Microsoft sabe a quién enviarla usando su base, explica el matutino.

En el Centro de Privacidad se anuncia: "Microsoft no venderá, alquilará ni cederá sus listados de clientes a terceros. En ocasiones, como ayuda para poder prestar los servicios, podrá proporcionar datos a otras empresas que actúan en nombre de Microsoft".

Para el director de Asuntos Públicos de Google, Alberto Arébalos, la publicidad basada en intereses, es una modalidad que le permite al consumidor elegir los temas que quiere ver y, en caso de no estar interesado, seleccionar la opción de no mostrar ninguna propaganda en su sitio", detalla.

Tomás O'Farrell, de Sónico, una red social similar a Facebook que según datos propios suma 30 millones de usuarios en Latinoamérica, reconoce a Clarín que la publicidad personalizada es un método empleado.

"Estamos utilizando nuevas formas de ingresos para sustentar la red". Otra cuestión es el uso que en la red se hacen de los contenidos que suben los usuarios, lo que puede llevar a quejas por la exhibición de imágenes no autorizadas.

El abogado Leandro González Frea previene también sobre las normas que imperan en Hi5, otra red que alberga a 80 millones de cibernautas. "Obligan a los usuarios a conceder una licencia irrevocable, perpetua, no exclusiva, mundial, para reproducir, distribuir, mostrar públicamente e interpretar, usar de cualquier modo el contenido incorporarlo en otras obras, y conceder o autorizar sublicencias", explica al matutino.

Algo semejante ocurre con Taringa!, uno de los portales más visitados por los navegantes argentinos. González Frea cuenta que: "Taringa! se adjudica expresamente los derechos de autor sobre la obra de clasificación y compilación realizada por cualquiera de sus usuarios, obligándolos a transferirle todos los derechos que pudieran corresponderles". Entre otros "materiales", se incluyen fotos, diseños, sonidos y marcas.

O'Farrell, de Sónico, explica que el objetivo de estas cláusulas es la protección legal del sitio: "Por ejemplo, si un usuario sube una foto de otro, éste no puede demandarnos por ello". Pero, ¿los usuarios tienen algún tipo de defensa? González Frea apunta que estos servicios están amparados por la Ley de Defensa del Consumidor.

Según destacan los entrevistados, lo que sí es cierto es que estos contratos de adhesión son redactados unilateralmente por las empresas y no dan lugar a los usuarios para negociar los términos de inclusión. Y si el usuario está en desacuerdo, el no aceptar equivale a quedar afuera.

Fuente: iProfesional.com

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