Discrepancias en la transparencia del sistema de voto electrónico en Brasil
Video muestra la supuesta falta de transparencia en el uso de equipos del voto electrónico en Brasil (urnas electrónicas), ya que no crea una copia impresa del voto para ser comprobada por el elector (Voter Verifiable Print Audit Trail – VVPAT) y no atiende al Principio de la Publicidad (de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Alemania).
Muchas informaciones que se disponen, por otro lado, hablan de la confiabilidad del sistema electrónico electoral brasilero. Todavía, hay un problema: es necesario CONFIAR en el porque es imposible traer pruebas físicas del voto. No hubo hasta hoy ningún perdedor serio que cuestionara los resultados. NADIE lo hace. Todos lo aceptan. El sistema electoral esta siempre en proceso de cambio tecnológico. Quizás llegaremos muy en breve a la 2a. y 3a. generación de urnas.
El Voto Electrónico en Brasil
La primera condición para analizar el uso del voto electrónico en Brasil es conocer cómo están organizados los poderes dentro del proceso electoral brasilero.
En el año 1932, para defenderse de las constantes denuncias de fraude en las elecciones presidenciales de las provincias, se creó un órgano federal, llamado Tribunal Superior Electoral (TSE), que recibió TODOS los poderes relativos a las elecciones.
Apesar de llamarse tribunal y estar compuesto por jueces provenientes de tribunales superiores de justicia común, el TSE detenta no sólo el poder de decidir sobre todo lo litigios judiciales, siendo la última instancia en materia electoral, si no que también debe organizar y administrar todas las elecciones municipales, estaduales y nacionales, y aun es responsable por emitir toda la reglamentación sobre el proceso electoral. De esa forma, este superórgano detenta al mismo tiempo el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. El Congreso Nacional puede dictar leyes electorales, pero la reglamentación de la ley, su interpretación e implementación competen siempre al TSE.
La aprobación de la última ley sobre voto electrónico, en octubre de 2003, dejó claro que el TSE consigue “hacer” la ley que desee. Esta ley disminuyo drásticamente los márgenes para la fiscalización del recuento digital de los votos por parte de los partidos políticos y fue aprobada atendiendo a un pedido del presidente del TSE a los legisladores, sin que fuese permitida una audiencia pública para oír a expertos en el tema y sin establecer un plazo para presentar modificaciones.
Tanta acumulación de poderes fue útil para la primera fase de la existencia del TSE; las denuncias de fraudes a gran escala desaparecieron de la vida política brasilera hasta el año 1982, cuando por primera vez se recurrió al uso de la computación en el proceso electoral. Ese año, se realizaron las primeras elecciones generales después del período militar y el TSE permitió que se utilizara una computadora para el recuento de votos en el estado de Río de Janeiro. La totalización de los votos debió suspenderse porque se detectaron indicios graves de fraude, en lo que fue conocido como el Caso Proconsult (Proconsult era el nombre de la empresa contratada para completar la totalización de los votos por computadora)
La resolución del problema dejo mucho que desear en términos de transparencia. Se descubrió que había ”errores” en los programa y que los reportes parciales iniciales estaban distorsionando el resultado. Las consecuencias de esto fueron nulas, nadie fue responsabilizado o castigado.
Esa falta de transparencia en el recuento y la fiscalización del proceso electoral evidenciado en 1982 es consecuencia directa de la acumulación de poderes de la justicia electoral brasilera, y fue bastante agravada con la llegada de la informática.
Son las misma personas quienes hacen las reglas de las elecciones electrónicas, establecen la forma y límites de la fiscalización, preparan el presupuesto, administran las partidas, operacionalizan las elecciones, presiden las indagatorias y juzgan los litigios!
Con tantos poderes en las manos de un sólo grupo, la fiscalización del proceso electoral brasilero termina por quedar muy debilitada. Un fiscal de un partido político debe presentar una petición a los jueces, cuya actuación administrativa debería fiscalizar, solicitando acceso a datos del sistema informático; y estos jueces tienen el poder de negar los pedidos de los fiscales, estableciendo reglas fiscalización restrictivas!
El voto electrónico en Brasil
Comprendiendo esas peculiaridades del proceso electoral brasilero, que afectan su transparencia, se puede iniciar un análisis del voto electrónico en Brasil.
Después de la experiencia de 1982, el uso de la computación en el sistema electoral brasilero fue creciendo y abarcando otras etapas del proceso. El padrón electoral fue informatizado a partir de 1985, la totalización de los votos por computadora fue extendida a todo el país y en 1996 se inició el último paso en la informatización de las elecciones con la introducción de las máquinas electrónicas de votar, que pasaron a ser conocidas como “urnas electrónicas” (e-urnas). La implementación de las e-urnas fue gradual, cubriendo un tercio del electorado en 1996, dos tercios en 1998, y el cien por ciento en el 2000.
Las e-urnas brasileras tienen las siguientes características operativas durante la votación:
A partir del momento que un elector se presenta a votar, el proceso de una elección puede ser dividido en las siguientes etapas:
Cada una de estas etapas tiene sus propios mecanismos de seguridad para evitar el fraude. A continuación se comparan cada una de estas etapas en el sistema de voto tradicional y con el voto electrónico.
Fuente: InfoWeek
Muchas informaciones que se disponen, por otro lado, hablan de la confiabilidad del sistema electrónico electoral brasilero. Todavía, hay un problema: es necesario CONFIAR en el porque es imposible traer pruebas físicas del voto. No hubo hasta hoy ningún perdedor serio que cuestionara los resultados. NADIE lo hace. Todos lo aceptan. El sistema electoral esta siempre en proceso de cambio tecnológico. Quizás llegaremos muy en breve a la 2a. y 3a. generación de urnas.
El Voto Electrónico en Brasil
La primera condición para analizar el uso del voto electrónico en Brasil es conocer cómo están organizados los poderes dentro del proceso electoral brasilero.
En el año 1932, para defenderse de las constantes denuncias de fraude en las elecciones presidenciales de las provincias, se creó un órgano federal, llamado Tribunal Superior Electoral (TSE), que recibió TODOS los poderes relativos a las elecciones.
Apesar de llamarse tribunal y estar compuesto por jueces provenientes de tribunales superiores de justicia común, el TSE detenta no sólo el poder de decidir sobre todo lo litigios judiciales, siendo la última instancia en materia electoral, si no que también debe organizar y administrar todas las elecciones municipales, estaduales y nacionales, y aun es responsable por emitir toda la reglamentación sobre el proceso electoral. De esa forma, este superórgano detenta al mismo tiempo el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. El Congreso Nacional puede dictar leyes electorales, pero la reglamentación de la ley, su interpretación e implementación competen siempre al TSE.
La aprobación de la última ley sobre voto electrónico, en octubre de 2003, dejó claro que el TSE consigue “hacer” la ley que desee. Esta ley disminuyo drásticamente los márgenes para la fiscalización del recuento digital de los votos por parte de los partidos políticos y fue aprobada atendiendo a un pedido del presidente del TSE a los legisladores, sin que fuese permitida una audiencia pública para oír a expertos en el tema y sin establecer un plazo para presentar modificaciones.
Tanta acumulación de poderes fue útil para la primera fase de la existencia del TSE; las denuncias de fraudes a gran escala desaparecieron de la vida política brasilera hasta el año 1982, cuando por primera vez se recurrió al uso de la computación en el proceso electoral. Ese año, se realizaron las primeras elecciones generales después del período militar y el TSE permitió que se utilizara una computadora para el recuento de votos en el estado de Río de Janeiro. La totalización de los votos debió suspenderse porque se detectaron indicios graves de fraude, en lo que fue conocido como el Caso Proconsult (Proconsult era el nombre de la empresa contratada para completar la totalización de los votos por computadora)
La resolución del problema dejo mucho que desear en términos de transparencia. Se descubrió que había ”errores” en los programa y que los reportes parciales iniciales estaban distorsionando el resultado. Las consecuencias de esto fueron nulas, nadie fue responsabilizado o castigado.
Esa falta de transparencia en el recuento y la fiscalización del proceso electoral evidenciado en 1982 es consecuencia directa de la acumulación de poderes de la justicia electoral brasilera, y fue bastante agravada con la llegada de la informática.
Son las misma personas quienes hacen las reglas de las elecciones electrónicas, establecen la forma y límites de la fiscalización, preparan el presupuesto, administran las partidas, operacionalizan las elecciones, presiden las indagatorias y juzgan los litigios!
Con tantos poderes en las manos de un sólo grupo, la fiscalización del proceso electoral brasilero termina por quedar muy debilitada. Un fiscal de un partido político debe presentar una petición a los jueces, cuya actuación administrativa debería fiscalizar, solicitando acceso a datos del sistema informático; y estos jueces tienen el poder de negar los pedidos de los fiscales, estableciendo reglas fiscalización restrictivas!
El voto electrónico en Brasil
Comprendiendo esas peculiaridades del proceso electoral brasilero, que afectan su transparencia, se puede iniciar un análisis del voto electrónico en Brasil.
Después de la experiencia de 1982, el uso de la computación en el sistema electoral brasilero fue creciendo y abarcando otras etapas del proceso. El padrón electoral fue informatizado a partir de 1985, la totalización de los votos por computadora fue extendida a todo el país y en 1996 se inició el último paso en la informatización de las elecciones con la introducción de las máquinas electrónicas de votar, que pasaron a ser conocidas como “urnas electrónicas” (e-urnas). La implementación de las e-urnas fue gradual, cubriendo un tercio del electorado en 1996, dos tercios en 1998, y el cien por ciento en el 2000.
Las e-urnas brasileras tienen las siguientes características operativas durante la votación:
- Reciben el número de identificación del elector para que éste sea autorizado a votar;
- Reciben los votos de los electores autorizados a votar en una sección el electoral (un promedio de 400 electores por máquina);
- Los votos son digitados en un teclado numérico y presentados en una pantalla para la confirmación del elector, tomándose un voto digital o “voto virtual”;
- Después de emitido, cada voto virtual es “procesado”, es firmado digitalmente, encriptado electrónicamente y –finalmente- grabado en un archivo digital dentro de la máquina. El elector no tiene condición de ver o confirmar qué fue lo efectivamente grabado;
- No se emite e comprobante material del voto (voto impreso) para confirmación del elector;
- Los votos virtuales, sin confirmación (trocar para: conferência) del elector, son contados al final del DÍA de votación, antes de desconectar la máquina. Los resultados son grabados entonces en un disquete que es trasladado a las centrales de totalización;
- Como consecuencia del ítem (5) no es posible hacer una auditoría del recuento electrónico de los votos a través de un recuento manual de votos confirmados por el elector. El resultado del recuento digital es imposible de reconstruir e imposible de verificar.
A partir del momento que un elector se presenta a votar, el proceso de una elección puede ser dividido en las siguientes etapas:
- Identificación del elector,
- Votación Secreta,
- Totalización parcial (Apuração) de cada urna,
- Totalización general (Totalização) de los votos.
Cada una de estas etapas tiene sus propios mecanismos de seguridad para evitar el fraude. A continuación se comparan cada una de estas etapas en el sistema de voto tradicional y con el voto electrónico.
Fuente: InfoWeek
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