17 jun 2009

Interoperabilidad (y IV): Estrategias para las organizaciones

En el artículo anterior de esta serie dedicada a la interoperabilidad vimos algunas estrategias que nos permitían mejorar nuestra capacidad de comunicación con otros usuarios y la seguridad de nuestra información. Estas estrategias se basaban en uso de estándares abiertos y las podemos poner en práctica, sin muchos problemas, en nuestro ámbito doméstico. Sin embargo, lograr la interoperabilidad en las organizaciones es mucho más complicado de lo que parece. Está claro que las medidas y estrategias que vimos en el artículo anterior son un buen comienzo para cualquier organización y son sencillas de implantar en las estaciones de trabajo, pero en las organizaciones, con independencia de su tamaño, es necesario ir más lejos y tener una visión de conjunto, ya que el escenario puede ser muy complejo...

Lo primero que necesita una organización para lograr la interoperabilidad es ser consciente del problema y tomar las medidas adecuadas para solucionarlo. Como ya hemos dicho, el elemento clave para lograr la interoperabilidad es el factor humano. Debemos tener en cuenta que nuestra interoperabilidad dependerá de las decisiones tecnológicas que tome una persona, o grupo de personas, en nuestra organización. Una vez que seamos conscientes del problema, es fundamental la especialización de los responsables de las tecnologías de la información de la organización y la formación de los usuarios.

Debemos estar convencidos de que la interoperabilidad interna y externa de las organizaciones, son claves para el desarrollo eficiente y sostenido de la organización. No creo que sea una buena política el perder un porcentaje de clientes, aunque sea pequeño, por problemas de interoperabilidad, que además, se pueden solucionar sin invertir más dinero, o incluso, ahorrando dinero. Igualmente, ninguna organización puede ser competitiva si arrastra un pesado lastre de "legacy", o si no puede optar libremente por las tecnologías que más le interesen en cada momento.

Desgraciadamente, la realidad es muy distinta y los monopolios tecnológicos han provocado que un elevado porcentaje de organizaciones públicas y privadas sean víctimas del "legacy" y por lo tanto, cautivas de tecnologías privativas, dificultando seriamente su capacidad de innovación, poniendo en riesgo el acceso a su conocimiento e información y limitando su capacidad de comunicación interna o externa.

El marco de interoperabilidad

Una vez que somos conscientes del problema de la interoperabilidad, una buena práctica es elaborar un documento que defina la forma en la que vamos a lograrla en nuestra organización. Este documento recibe diversos nombres, como esquema de interoperabilidad, arquitectura técnica de referencia, marco de interoperabilidad, pero eso es lo de menos. Lo que debemos contestar de forma prioritaria es la pregunta ¿qué es lo que debe contener este importante documento?.

Muchas organizaciones se empeñan en relacionar en sus marcos de interoperabilidad las aplicaciones "estándar" a utilizar en la organización, lo que no es una buena idea, puesto que las aplicaciones cambian con el tiempo, suelen estar ligadas a un determinado marco tecnológico y la mayoría de ellas, permiten usar estándares abiertos y formatos privativos de forma indistinta. Por lo tanto, si no se definen y establecen adecuadamente los estándares abiertos a utilizar en el marco de interoperabilidad, este documento no será muy útil para lograr nuestros objetivos.

Un buen marco de interoperabilidad ha de tener presente el concepto de "neutralidad tecnológica" y debe relacionar con claridad meridiana los estándares abiertos que se usarán en nuestra organización. Además, estos estándares deberían estar clasificados como emergentes o recomendados, obligatorios o normalizados y en abandono, como referencia para los usuarios y desarrolladores de lo que está por venir y de lo que debemos ir abandonando, para no quedar desfasados y no poner en riesgo el acceso, o la seguridad de nuestra información en el futuro.

Por lo tanto, este documento ha de estar vivo y debe estar sometido a cambios y a las sugerencias de los usuarios. De nada sirve un marco de interoperabilidad si no es dinámico y capaz de adaptarse a las nuevas tecnologías y a los nuevos estándares con el paso del tiempo. Asimismo, debe contener una serie de normas claras y positivas que nos permitan lograr la interoperabilidad dentro de la organización de forma transparente y natural.

Una de las tareas más complicadas para establecer un buen marco de interoperabilidad es el establecimiento uno los criterios, normas y estándares, que sean adecuados para la finalidad que pretendemos. Para facilitar este trabajo, lo mejor es definir unos principios básicos a los que someteremos el contenido de todo el documento. Por ejemplo, podemos establecer los siguientes principios:
  1. Neutralidad tecnológica y capacidad de adaptarse sin problemas a las nuevas tecnologías.
  2. Eliminación del "legacy" y de la dependencia tecnológica de empresas, tecnologías o proveedores.
  3. Facilitar el acceso a los servicios de la organización.
  4. Lograr la transparencia tecnológica.
  5. Eficacia y eficiencia de los métodos y procedimientos.
  6. Lograr la interoperabilidad vertical, horizontal y en el tiempo.
  7. Mejorar la cooperación y coordinación entre los distintos departamentos de la organización.
  8. Mejorar la participación efectiva de los miembros de la organización y en la generación y transferencia de conocimiento dentro y/o fuera de la organización.
Además, un buen marco de interoperabilidad debería cumplir con los siguientes objetivos básicos:
  1. Garantizar la comunicación electrónica y el acceso a los servicios de la organización, sin dependencias tecnológicas. Es decir, el marco de interoperabilidad ha de apostar claramente por la eliminación de todas las barreras tecnológicas que pueden existir en la organización, mediante el uso de estándares abiertos y un serio compromiso con la neutralidad tecnológica, pero sin caer en las utopías irrealizables, o en una mera declaración de intenciones. No es un buen marco de interoperabilidad aquel que tiene recomendaciones que no se pueden llevar a cabo, o el que es tan rígido, que no permite poner en práctica proyectos piloto, o iniciativas para la mejora de la infraestructura tecnológica. El marco de interoperabilidad ha de ser un mecanismo flexible y dinámico de coordinación y un instrumento objetivo y positivo para todos los miembros de la organización, conteniendo unas normas claras y precisas, que puedan ponerse en práctica a todos los niveles.
  2. Garantizar la interoperabilidad de los servicios y sistemas de información, tanto para la relaciones internas como para las externas.
  3. Preservar el conocimiento generado, asegurando el acceso al mismo de forma transparente, controlada y segura, con independencia del momento, o de la plataforma tecnológica con la que fue generado.
  4. Garantizar el uso eficaz y eficiente de las infraestructuras tecnológicas de la organización.

Algunas estrategias útiles

Si queremos lograr la interoperabilidad dentro de nuestra organización debemos atender a sus dimensiones organizacional, semántica y tecnológica, pero hay algunas estrategias generales que nos pueden ser de utilidad, como por ejemplo, las siguientes:
  1. Buscar la accesibilidad de los contenidos y el conocimiento, con independencia de la tecnología que se use para acceder a ellos.
  2. Establecer unas políticas de seguridad y privacidad coherentes y fáciles de llevar a cabo, con unos mínimos acordes con el nivel de amenaza y tipo de información a proteger. Hay que tener en cuenta, que la seguridad suele ir reñida con la comodidad.
  3. Uso exclusivo de estándares abiertos, convirtiendo a estos estándares toda la información que se encuentre en formatos privativos, o que se encuentre almacenada usando estándares abiertos en situación de abandono.
  4. Siempre que sea posible, se debería optar por el uso de software libre. No en vano, el software libre suele usar preferentemente estándares abiertos. Asimismo, es frecuente que el software libre ayude a definir nuevos estándares abiertos y sus especificaciones están disponibles públicamente. La disponibilidad del código fuente también tiene como consecuencia el debate abierto y democrático sobre sus especificaciones y estándares, lo que lo suele hacer que el software libre sea más robusto e interoperable que las aplicaciones privativas equivalentes. No será muy complicado encontrar aplicaciones libres que cumplan con los criterios de nuestro marco de interoperabilidad, por lo que las deberíamos considerar en igualdad de condiciones con sus contrapartidas propietarias en todo plan de adquisición.
  5. Si es posible, deberíamos usar aplicaciones, o herramientas de desarrollo, que puedan funcionar en más de una plataforma tecnológica. En este sentido, las aplicaciones JAVA, o tecnologías como el XML, serán de gran ayuda para lograr nuestros objetivos de interoperabilidad sin caer en las trampas de la dependencia tecnológica, o del "legacy". Si optamos por aplicaciones y herramientas multiplataforma, no tendremos problemas para optar por una u otra plataforma tecnológica en base a nuestras necesidades futuras.
  6. El uso de la virtualización nos puede ayudar a lograr la interoperabilidad a un coste razonable y sin tener que renunciar a la plataforma tecnológica que consideremos más adecuada en cada momento.
  7. Las arquitecturas orientadas a servicios y las aplicaciones Web, si las diseñamos interoperables y basadas en estándares abiertos, nos permitirán independizar la plataforma tecnológica del cliente de la del servidor, lo que aumentará la neutralidad tecnológica de la organización y mejorará su capacidad para cambiar de plataforma tecnológica de los clientes, o del servidor, si se considerase necesario.
El aspecto organizacional de la interoperabilidad es evidente que depende de nuestra organización, por lo que es complicado hablar de un caso general, o de una recomendación básica, que cubra todas nuestras necesidades y situaciones. En el aspecto semántico, la recomendación básica sería el uso de XML, incluso con el establecimiento de diccionarios personalizados y adaptados a las necesidades específicas de nuestra organización. Sin embargo, en el aspecto tecnológico, como más general, sí es posible establecer unas recomendaciones básicas para lograr la interoperabilidad técnica. Cuando pensemos en la interoperabilidad técnica debemos considerar los siguientes escenarios:
  1. Las comunicaciones hacia el exterior:
    1. La presentación e intercambio de datos.
    2. La accesibilidad a la información y diseño de las interfaces.
    3. La posibilidad de acceso multicanal.
    4. Los juegos de caracteres e idiomas.
    5. La posibilidad de generación de conocimiento de forma colectiva y concurrente.
    6. Los estándares para el almacenamiento de información y formato de documentos.
    7. La compresión de archivos.
  2. En las comunicaciones internas debemos considerar:
    1. La integración de datos y el middleware.
    2. El uso de estándares XML y EDI (Electronic Data Interchange).
    3. El establecimiento de servicios web.
    4. El uso de arquitecturas distribuidas orientadas a servicios (SOA).
    5. El establecimiento de servicios de interconexión.
    6. El uso de protocolos de transferencia de archivos e información.
    7. El transporte y seguridad de la información, teniendo en cuenta además, que la seguridad afecta a todas las capas de comunicación. En general, la seguridad debe tenerse en cuenta para establecer los servicios de seguridad, las infraestructuras de clave pública, los sistemas de cifrado, la seguridad de los servicios web, los cortafuegos y la protección general contra malware e intrusiones.
    8. El establecimiento de servicios de almacenamiento de información.
    9. El acceso a las cuentas de correo corporativas y a los servicios distribuidos.
    10. El establecimiento de servicios de directorio y de nombres de dominio.
    11. El establecimiento de todos los servicios de red.
En todo caso, el 80% de nuestros problemas de interoperabilidad corporativa, en sus dimensiones vertical, horizontal y en el tiempo, deberían desaparecer si usamos estándares abiertos y tenemos en cuenta el principio de neutralidad tecnológica en todas nuestras decisiones, olvidándonos por un momento de la plataforma tecnológica que estamos usando y de las aplicaciones "oficiales" aprobadas en nuestra organización, para comenzar a pensar de forma global y prioritaria, en estándares abiertos.

"Copyleft 2009 Fernando Acero Martín. Verbatim copying, translation and distribution of this entire article is permitted in any digital medium, provided this notice is preserved"

Autor: Fernando Acero
Fuente: Kritópolis

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