8 nov 2012

Cómo es el voto electrónico en el mundo (Brasil)

El 25% de los votantes de Estados Unidos ha votado de forma electrónica y, alrededor de dos tercios del total, lo ha hecho por el método tradicional en papel.

En todo el mundo, sin embargo, estos porcentajes no se cumplen. Un número creciente de países está empezando a abordar el voto electrónico con gusto. Estonia, Suiza, España, Brasil, Australia, India, Canadá, y un puñado de otros países han celebrado elecciones a través del uso de las máquinas de votación electrónica en los últimos años.

Si bien muchos países en desarrollo están ampliando el uso de la tecnología de votación, muchos científicos informáticos, criptógrafos y analistas de políticas públicas en todo el mundo están llegando a la misma conclusión: el voto electrónico realizado sin verificar si los dispositivos son fiables, es peligroso.

El voto electrónico se supone que resuelve muchos de los problemas inherentes a la votación tradicional en papel: es difícil votar para las personas analfabetas, es difícil conseguir papel en todos los rincones del mundo (los electores en el extranjero pueden enviar su voto con mayor facilidad), la tabulación de los resultados toma demasiado tiempo... Con una votación electrónica, es más fácil ajustar el idioma y puede estar disponible para los votantes ciegos o sordos. Recientemente, en agosto de 2012, políticos de Pakistán y Filipinas solicitaron la amplicación del voto electrónico en sus respectivos países.

En la actualidad, hay cuatro tipos principales de voto electrónico en todo el mundo que vale la pena mantener mencionar: una configuración propia de Brasil Direct Recording Electronic (DRE); utilización de software de código abierto en Australia; la votación a través de Internet en Estonia, y los esfuerzos de una startup española de expandir lo que han llamado "crypto-voting". Cada uno de estos enfoques tiene su propio conjunto de problemas, pero los principales obstáculos que presentan para muchos funcionarios electorales y los informáticos es su falta de capacidad para verificar el código fuente y los gastos.

Brasil tiene uno de los más antiguos sistemas de votación electrónica del mundo, que data de 1996. Brasil (la "B" de BRICS) ha pasado por un cambio económico y político muy importante en las últimas décadas. En 1985 el país se libró de su dictadura militar y una década después, ha puesto en marcha un sistema de voto electrónico diseñado y producido localmente.

En 1996, el país aún tenía un 15 por ciento de ciudadanos (23 millones) que no sabían leer ni escribir, lo cual significaba que eran privados de sus derechos de votación.

La DRE, conocida localmente como una "urna", es aproximadamente del tamaño de dos o tres libros apilados , tiene una pequeña pantalla en un lado y un teclado del otro. El equipo muestra una lista de candidatos, junto con sus imágenes y los números asociados a ellos. Los votantes utilizan el teclado para introducir su número preferido. El dispositivo sólo admite la presión de un número.

Los electores reciben un talón impreso confirmando la votación. Cada dispositivo DRE tiene dos tarjetas de memoria, que almacenan un registro digital del recuento de votos. Estas tarjetas se retiran al final de la elección y los totales de los votos se envían electrónicamente a la Oficina Regional Electoral, donde se realiza el conteo final en tan sólo unas horas.

Hoy en día hay 450.000 urnas digitales en Brasil y crece cada año debido a que el número de votantes es cada vez mayor (en torno a seis por ciento).

Sin embargo, en 2002, algunos críticos de Brasil respondieron que, al basarse en un soporte electrónico, hay una "verificación poco real" y no había forma de verificar que la votación fuera realizada como estaba previsto al igual que la contabilización de los votos. Así que las nuevas impresoras añadidas, muestran la elección del votante en un papel protegido por un plástico. Dos años después, Brasil eliminó estas impresoras, ya que eran demasiado costosas. Supuestamente se ha programado su regreso para las elecciones de 2014.

En 2008, todo el software que se ejecuta en las máquinas DRE fue reescrito por los desarrolladores contratados por el Tribunal Superior Electoral de Brasil. Además, seis meses antes de cada elección, expertos acreditados por el Tribunal de Justicia pueden examinar todo el código fuente, en un ambiente controlado y bajo un acuerdo de confidencialidad.

Diego Aranha, profesor de ciencias informáticas en la Universidad de Brasilia, fue uno de estos expertos pero él y su equipo solo tuvieron cinco horas para examinar millones de líneas de código, lo cual no es suficiente para llevar a cabo una auditoría adecuada.

Un gran defecto que encontró es que, mientras que los votos digitales están mezclados al azar, como una manera de proporcionar una mayor seguridad durante el almacenamiento, el algoritmo no proporciona un aleatoriedad suficiente porque se basa en una semilla no aleatoria: la marca de tiempo en segundos (timestamp).

A pesar de estos problemas, hasta el momento, Brasil ha utilizado su sistema DRE en sus diferentes elecciones durante casi dos décadas sin ningún tipo de conflicto político importante sobre su uso.

En un artículo académico publicado en un libro de próxima aparición, Aranha concluye: "Existe la necesidad de realizar una evaluación científica sólida y continua del sistema, realizada por expertos independientes de la industria o de universidades. Se hace evidente que esto contribuye a la mejora de las medidas de seguridad adoptadas por el equipo de votación".

Cristian de la Redacción de Segu-Info

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