5 de mayo, Día Mundial de la Contraseña
Hoy se celebra el World Password Day, o Día Mundial de la Contraseña un movimiento global que involucra a una globalidad de empresas como Intel, McAfee, Microsoft, Dell, Acer, Lenovo, Oracle y otros fabricantes. La idea es la de concientizar a los usuarios de la importancia que tiene el utilizar contraseñas seguras.
Nunca está de más asegurarse que nuestras contraseñas son lo más seguras posible y justo hoy, el Día Mundial de la Contraseña, el asunto adquiere si cabe, más relevancia. Debido a los casos de robos de datos personales y credenciales de acceso a servicios online, cuentas en redes sociales o correos electrónicos, pensar una contraseña infranqueable es la mejor manera de poner a buen recaudo nuestra información privada. Vamos a ver las claves básicas para mejorar nuestros passwords.
Os hemos hablado muchas veces de casos de robo de datos privados en Internet, y es que esta práctica es lamentablemente una tendencia más común entre los ciberdelincuentes, que usan técnicas de phising, virus y malware o simplemente herramientas informáticas con el objetivo de descifrar las credenciales más débiles que existen y que además repiten patrones para hacer mucho más fácil el acceso a nuestra información.
Una de las cosas que debemos evitar en la medida de lo posible es la de repetir las contraseñas. Es común que buscando ahorrar espacio en nuestra memoria, limitemos el número de contraseñas que recordamos y por ello usemos la misma clave para diferentes servicios. Desde Sophos advierten que el usuario medio posee 6,5 contraseñas y cada una de ellas se usa en 3,9 sitios diferentes. No obstante, si alguna de las repetidas quedara comprometida, afectaría a todos los sitios o perfiles en donde se ha usado.
Otra mala costumbre que conviene tener en cuenta es que escogemos contraseñas cómodas y cortas, un error que aunque facilita la retención de las mismas, supone abrir las puertas de nuestros servicios online a los ladrones informáticos. Aunque no se trata exclusivamente de eso, sino de evitar usar nombres familiares de nuestro entorno, alteraciones ortográficas simples o añadir números al final de una clave poco sólida.
Además, conviene evitar guiarnos por los indicadores de seguridad de las webs donde estamos creando una cuenta de usuario. Estas páginas nos muestran de manera visual si la contraseña es poco segura o muy segura, pero lo cierto es que se basan en parámetros tales como si contiene caracteres alfanuméricos y la mera longitud, algo que por sí solo no provoca que nuestra clave sea segura tal y como hemos comentado arriba.
La mejor forma de guardar un secreto es no compartirlo y con las contraseñas ocurre un poco lo mismo. Nuestro control sobre las mismas acabará en el momento en el que revelamos estas claves a terceras personas y puede que alguien de nuestra confianza se convierta en el futuro en una persona a la cual queramos vetar el acceso a nuestros datos. Según datos de LastPass, el 95% de los usuarios comparte hasta 6 contraseñas con otras personas.
Cambiar contraseñas de manera frecuente no es un mal consejo, pero lo cierto es que pasado un tiempo puede provocar que las nuevas claves se vuelvan débiles ya que tenderemos a simplificarnos la tarea. Dados los servicios en línea y redes sociales de los que disponemos hoy días, no parece plausible tener que estar cada mes recordando una veintena de credenciales de acceso, por lo que es mejor crear desde el principio un password realmente seguro y distinto para cada uno de ellos.
Ya lo sabes, si crees que tu contraseña no es tan fuerte como debiera, no hay mejor día para cambiarla que hoy mismo.
Fuente: ADSLZone
Nunca está de más asegurarse que nuestras contraseñas son lo más seguras posible y justo hoy, el Día Mundial de la Contraseña, el asunto adquiere si cabe, más relevancia. Debido a los casos de robos de datos personales y credenciales de acceso a servicios online, cuentas en redes sociales o correos electrónicos, pensar una contraseña infranqueable es la mejor manera de poner a buen recaudo nuestra información privada. Vamos a ver las claves básicas para mejorar nuestros passwords.
Os hemos hablado muchas veces de casos de robo de datos privados en Internet, y es que esta práctica es lamentablemente una tendencia más común entre los ciberdelincuentes, que usan técnicas de phising, virus y malware o simplemente herramientas informáticas con el objetivo de descifrar las credenciales más débiles que existen y que además repiten patrones para hacer mucho más fácil el acceso a nuestra información.
Una de las cosas que debemos evitar en la medida de lo posible es la de repetir las contraseñas. Es común que buscando ahorrar espacio en nuestra memoria, limitemos el número de contraseñas que recordamos y por ello usemos la misma clave para diferentes servicios. Desde Sophos advierten que el usuario medio posee 6,5 contraseñas y cada una de ellas se usa en 3,9 sitios diferentes. No obstante, si alguna de las repetidas quedara comprometida, afectaría a todos los sitios o perfiles en donde se ha usado.
Otra mala costumbre que conviene tener en cuenta es que escogemos contraseñas cómodas y cortas, un error que aunque facilita la retención de las mismas, supone abrir las puertas de nuestros servicios online a los ladrones informáticos. Aunque no se trata exclusivamente de eso, sino de evitar usar nombres familiares de nuestro entorno, alteraciones ortográficas simples o añadir números al final de una clave poco sólida.
Además, conviene evitar guiarnos por los indicadores de seguridad de las webs donde estamos creando una cuenta de usuario. Estas páginas nos muestran de manera visual si la contraseña es poco segura o muy segura, pero lo cierto es que se basan en parámetros tales como si contiene caracteres alfanuméricos y la mera longitud, algo que por sí solo no provoca que nuestra clave sea segura tal y como hemos comentado arriba.
La mejor forma de guardar un secreto es no compartirlo y con las contraseñas ocurre un poco lo mismo. Nuestro control sobre las mismas acabará en el momento en el que revelamos estas claves a terceras personas y puede que alguien de nuestra confianza se convierta en el futuro en una persona a la cual queramos vetar el acceso a nuestros datos. Según datos de LastPass, el 95% de los usuarios comparte hasta 6 contraseñas con otras personas.
Cambiar contraseñas de manera frecuente no es un mal consejo, pero lo cierto es que pasado un tiempo puede provocar que las nuevas claves se vuelvan débiles ya que tenderemos a simplificarnos la tarea. Dados los servicios en línea y redes sociales de los que disponemos hoy días, no parece plausible tener que estar cada mes recordando una veintena de credenciales de acceso, por lo que es mejor crear desde el principio un password realmente seguro y distinto para cada uno de ellos.
Ya lo sabes, si crees que tu contraseña no es tan fuerte como debiera, no hay mejor día para cambiarla que hoy mismo.
Fuente: ADSLZone
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