Nuestros hijos y sus redes sociales
Puede que el título de este post resulte engañoso (y la fotografía que he utilizado también), puesto que no pretendo realizar un recorrido por las principales redes sociales en Internet a disposición de niños pequeños y grandes. De este tema ya se ha hablado detalladamente en Peques y Más como podréis comprobar al final del artículo. Más bien se trata de reflexionar sobre el significado de red social y sobre cómo las utilizamos.
Una red social es un grupo de personas unidas por intereses comunes, relaciones laborales, lazos de amistad o parentesco. Cada persona sea niño o adulto puede pertenecer a diversas redes a la vez, pensad en vosotros mismos o mejor, en alguno de vuestros hijos: tiene su grupo de amigos dentro de clase, se relaciona con otros niños diferentes cuando va al parque dos días a la semana, acude a una clase de música y allí también se vincula con pequeños que tienen la misma aficción, etc. Nuestros hijos pertenecen a una red social que es la familia nuclear, a otra formada por la familia extensa y a varias más que se componen de “iguales“ cuyos vínculos tienen orígenes diferentes.
Nuestros hijos puede que también pertenezcan a una red social en Internet, y ésto último genera cierta incertidumbre e inseguridad a algunos padres. Tienen miedo provocado por el desconocimiento, y que está alimentado por ciertas noticias que se leen. Ante este miedo no podemos hacer más que informarnos y aprender a utilizar las redes, por supuesto haremos bien si intercambiamos informaciones con nuestros hijos y les dejamos expresarse. Las consecuencias negativas relacionadas con la utilización de Internet son (a grandes rasgos) la posibilidad de que se generen conductas, comportamientos y contactos inapropiados, pero estas consecuencias pueden minimizarse desde la familia.
Yo soy una defensora de las nuevas tecnologías: de su inclusión en las aulas y de su utilización en el hogar. Creo que la web 2.0 es presente y también es futuro, así pues los adultos debemos esforzarnos en conocer estas herramientas, y los niños – que son nativos digitales – deben sacarles el máximo provecho posible. Internet les servirá para realizar trabajos académicos, para establecer relaciones sociales o para mantener lazos estrechos con primos que viven lejos.
No obstante creo firmemente que en cada familia se deben establecer límites en cuanto al cómo / cuándo los niños van a poder utilizar estas tecnologías. Y por supuesto los padres que – no olvidéis – debemos guiar a nuestros hijos, haremos bien hablando abiertamente y con naturalidad sobre el tema, y recordándoles los consejos de seguridad cuando naveguen.
Me gustaría recordar nuevamente que las Redes Sociales son algo inherente a las propias relaciones entre personas, y que no se dan sólo en Internet. Recordar que hay habilidades que no se pueden adquirir en el ordenador, y destrezas cuya práctica se adquiere exclusivamente utilizando las tecnologías. Hablaríamos entonces de redes virtuales y redes reales, y podríamos tener presente que ambas se pueden complementar.
Unas relaciones sociales reales a fomentar lazos de amistad duraderos y genuinos. La búsqueda y práctica de una aficción (teatro, ajedrez) vincula al pequeño con otras personitas que, como él, buscan un objetivo y aprenden a conseguirlo. El conocimiento y utilización de la web 2.0 no debería restar horas de juego en el exterior a los niños (especialmente cuando son pequeños), ni privarle de relaciones que le ayudarán a adquirir habilidades básicas y necesarias para su futuro.
Estar delante del ordenador otorga a los pequeños unos conocimientos muy válidos que complementarán su desarrollo intelectual, pero “salir a la calle” les dará autonomía e independencia. Fuera del mundo virtual los niños tienen la oportunidad de conocer a personas diferentes en ambientes muy diversos, lo cual les convertirá en personas no sólo sociables sino también adaptables, a la vez que críticas.
La cuestión radica, desde mi punto de vista, en saber administrar el tiempo libre de la familia y también nuestro equipo informático, en saber transmitir las ideas positivas sobre los beneficios de una y otra opción.
Fuente: Peques y Más
Una red social es un grupo de personas unidas por intereses comunes, relaciones laborales, lazos de amistad o parentesco. Cada persona sea niño o adulto puede pertenecer a diversas redes a la vez, pensad en vosotros mismos o mejor, en alguno de vuestros hijos: tiene su grupo de amigos dentro de clase, se relaciona con otros niños diferentes cuando va al parque dos días a la semana, acude a una clase de música y allí también se vincula con pequeños que tienen la misma aficción, etc. Nuestros hijos pertenecen a una red social que es la familia nuclear, a otra formada por la familia extensa y a varias más que se componen de “iguales“ cuyos vínculos tienen orígenes diferentes.
Nuestros hijos puede que también pertenezcan a una red social en Internet, y ésto último genera cierta incertidumbre e inseguridad a algunos padres. Tienen miedo provocado por el desconocimiento, y que está alimentado por ciertas noticias que se leen. Ante este miedo no podemos hacer más que informarnos y aprender a utilizar las redes, por supuesto haremos bien si intercambiamos informaciones con nuestros hijos y les dejamos expresarse. Las consecuencias negativas relacionadas con la utilización de Internet son (a grandes rasgos) la posibilidad de que se generen conductas, comportamientos y contactos inapropiados, pero estas consecuencias pueden minimizarse desde la familia.
Yo soy una defensora de las nuevas tecnologías: de su inclusión en las aulas y de su utilización en el hogar. Creo que la web 2.0 es presente y también es futuro, así pues los adultos debemos esforzarnos en conocer estas herramientas, y los niños – que son nativos digitales – deben sacarles el máximo provecho posible. Internet les servirá para realizar trabajos académicos, para establecer relaciones sociales o para mantener lazos estrechos con primos que viven lejos.
No obstante creo firmemente que en cada familia se deben establecer límites en cuanto al cómo / cuándo los niños van a poder utilizar estas tecnologías. Y por supuesto los padres que – no olvidéis – debemos guiar a nuestros hijos, haremos bien hablando abiertamente y con naturalidad sobre el tema, y recordándoles los consejos de seguridad cuando naveguen.
Me gustaría recordar nuevamente que las Redes Sociales son algo inherente a las propias relaciones entre personas, y que no se dan sólo en Internet. Recordar que hay habilidades que no se pueden adquirir en el ordenador, y destrezas cuya práctica se adquiere exclusivamente utilizando las tecnologías. Hablaríamos entonces de redes virtuales y redes reales, y podríamos tener presente que ambas se pueden complementar.
Unas relaciones sociales reales a fomentar lazos de amistad duraderos y genuinos. La búsqueda y práctica de una aficción (teatro, ajedrez) vincula al pequeño con otras personitas que, como él, buscan un objetivo y aprenden a conseguirlo. El conocimiento y utilización de la web 2.0 no debería restar horas de juego en el exterior a los niños (especialmente cuando son pequeños), ni privarle de relaciones que le ayudarán a adquirir habilidades básicas y necesarias para su futuro.
Estar delante del ordenador otorga a los pequeños unos conocimientos muy válidos que complementarán su desarrollo intelectual, pero “salir a la calle” les dará autonomía e independencia. Fuera del mundo virtual los niños tienen la oportunidad de conocer a personas diferentes en ambientes muy diversos, lo cual les convertirá en personas no sólo sociables sino también adaptables, a la vez que críticas.
La cuestión radica, desde mi punto de vista, en saber administrar el tiempo libre de la familia y también nuestro equipo informático, en saber transmitir las ideas positivas sobre los beneficios de una y otra opción.
Fuente: Peques y Más
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