18 mar 2016

Las empresas de EEUU pagaron 22 millones de euros en rescates de datos en 2015

El secuestro de datos por encriptación conocido como 'ransomware' es cada vez más común y parece proceder de atacantes chinos tras el acuerdo entre ambos países para detener la ciberdelincuencia.

El software malicioso que secuestra datos mediante cifrado (ransomware) ya se ha demostrado devastadoramente eficaz y muy lucrativo para los criminales. Ahora, algunos de los delincuentes más sofisticados de internet se están uniendo al juego y sus ataques a empresas se han convertido en una vía rápida de ingresos.
Reuters informa de que cuatro empresas líderes en ciberseguridad han observado el uso de ransomware contra empresas estadounidenses por parte de personas que parecen estar asociadas con grupos de hackers que trabajan a instancias del Gobierno de China. Tales grupos normalmente dirigen sus ataques a secretos empresariales en operaciones sofisticadas que los expertos afirman que representan actos de espionaje económico patrocinados por el estado.

Las víctimas de este nuevo y sofisticado ransomware incluyen empresas de transporte y tecnología, según Reuters. Su informe no especifica el tamaño de los rescates que pidieron los atacantes, pero grupos con suficiente habilidad podrían ser capaces de secuestrar unos datos muy valiosos y exigir enormes pagos a cambio de su liberación.

Es la cantidad de dinero pagada por las víctimas de ransomware en Estados Unidos en 2015, según el FBI. Se espera que esta cifra aumente mientras el ransomware se vuelva más extendido.

En contraste, los criminales que habitualmente emplean el ransomware suelen exigir modestas sumas por la devolución de los datos, típicamente unos 500 dólares (unos 451 euros), porque quieren recaudar pagos de individuos además de empresas.

No está claro por qué los hackers que normalmente trabajan para una superpotencia podrían empezar a emplear una táctica de criminal de poca monta. Un motivo es que el despliegue de ransomware podría representar una manera fácil de sacar dinero extra una vez concluido el espionaje convencional.

Una posibilidad más intrigante es que estos podrían representar tiempos difíciles para los hackers chinos de espionaje industrial. Hacia finales del año pasado, el presidente Obama y su homólogo Xi Jinping acordaron no apoyar el robo de la propiedad intelectual, y ayudarse mutuamente en las investigación de los casos que sí se hayan producido. El acuerdo fue considerado un importante avance después de años de quejas estadounidenses acerca de incursiones informáticas desde China.

Fuente: Technology Review

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