13 jun 2014

La justicia europea confirma la multa récord de 1.060 millones contra Intel

El Tribunal General de la Unión Europea (TJUE) ha confirmado este jueves la multa récord de 1.060 millones de euros, la más alta de la historia, que la Comisión Europea impuso en 2009 al grupo informático estadounidense Intel por abusar de su posición dominante para tratar de expulsar a sus rivales, especialmente a AMD, del mercado de microprocesadores.

La sentencia desestima en su totalidad el recurso que interpuso Intel contra la decisión del Ejecutivo comunitario.

Bruselas impuso esta sanción tras constatar que Intel había recurrido a prácticas ilegales como fuertes descuentos e incluso pagos a fabricantes de ordenadores como Acer, Dell, HP, Lenovo o NEC para que no utilizaran microprocesadores de AMD. La empresa estadounidense también pagó al distribuidor Media Markt para que vendiera sólo ordenadores equipados con microprocesadores Intel.

En su sentencia de este jueves, el Tribunal concluye que "la Comisión demostró de modo jurídicamente suficiente la existencia de los descuentos por exclusividad y de las restricciones manifiestas analizados en su decisión". El fallo considera que tanto los descuentos por exclusividad como los pagos a Media Markt, cuando son concedidos por una empresa en posición dominante, "pueden restringir la competencia por su propia naturaleza".

Además, los jueces consideran que "la Comisión demostró de modo jurídicamente suficiente que Intel trató de ocultar el hecho de que sus prácticas eran contrarias a la competencia y que esta empresa llevó a cabo una estrategia de conjunto a largo plazo que pretendía cerrar a AMD el acceso a los canales de venta más importantes desde el punto de vista estratégico".

La Comisión consideró que Intel ocupaba una posición dominante porque poseía alrededor del 70 % o más de las cuotas de mercado y porque para los competidores era extremadamente difícil entrar en el mercado y expandirse, debido a que las inversiones en investigación y desarrollo, propiedad intelectual e instalaciones productivas no son recuperables. Gracias a su sólida posición dominante, Intel se convirtió en un proveedor imprescindible de procesadores x86, pues los clientes no tenían más opción que acudir a ella para cubrir una parte de sus necesidades.

Finalmente, el Tribunal señala que "ninguna de las alegaciones formuladas por Intel permite concluir que la multa impuesta sea desproporcionada". Por el contrario, estima que la multa es apropiada en las circunstancias de este asunto. "La multa tan sólo equivale al 4,15 % del volumen de negocios anual de Intel, cifra que se sitúa muy por debajo del límite establecido del 10 %", apunta el fallo.

Fuente: Europa Press

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