16 dic 2009

Si no quieres que lo sepan, no lo hagas

Por Matías Altamira Abogado especializado en nuevas tecnologías

Si está preocupado porque Google almacene sus datos personales y acciones en Internet, entonces seguramente Ud. está haciendo algo que no debería, sostiene el presidente de Google, Eric Schmidt.

Según las políticas de Google, la información que recolecta de sus usuarios está protegida, aunque ahora su presidente reconoció que en algunos casos Google está obligado a revelarla, por lo que si el usuario necesita mucha privacidad, no debe utilizar los motores de búsqueda – incluido Google- porque la realidad es que todos retienen las consultas efectuadas y los resultados obtenidos por un tiempo. También destacó que la mayoría de los buscadores están sujetos a las disposiciones del Patriot Act de Estados Unidos, por lo que es posible que toda esa información sea enviada a las autoridades administrativas y judiciales por requerimiento de ellas.


Pero si algo de esto le molesta, Ud. debe estar avergonzado de sí mismo, sostiene Eric Schmidt. A lo que CNBC respondió preguntando: "La gente está tratando a Google como su mejor amigo. ¿Está bien que así lo consideren?", sin obtener una respuesta contundente más que las quejas de aquellos que no quieren ni confían en Google.

No sólo es llamativa la posición adoptada por Schmidt en esta oportunidad, sino que se contradice con las medidas ordenadas por él cuando fue víctima por la difusión de su información personal en una investigación realizada por CNET. En su nota del 14 de julio de 2005 se alertaba sobre la cantidad de información que Google estaba recabando sobre las personas, lo que era un potencial riesgo a la privacidad, ya que podía ser tomada por intrusos, requerida por los organismos gubernamentales o por un empleado de Google que buscaba retirarse con información valiosa para su próximo emprendimiento.

Para fundamentar su preocupación, el autor de la nota, Elinor Mills, investigó qué información daba Google de su presidente y difundió cuánto eran sus ingresos, dónde vivía, algunos de sus hobvies, qué donaciones políticas había hecho, entre tantos otros datos que figuraron en los resultados de sus búsquedas en Google.

Ante esta difusión de información, Schmidt ordenó no darle más entrevistas a CNET hasta julio de 2006, es decir por un año, como castigo por la intrusión a su privacidad.
La cuestión es que existe mucha información, como los ingresos, a la que no se le aplican los dichos de Schmidt, ya que tendría que dejar de percibirlos, y que su divulgación indiscriminada puede generarle algún riesgo, como ser el próximo candidato de los ladrones.

Fuente: Comercio y Justicia

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