25 sept 2015

Cómo fue el escándalo en Volkswagen

¿Cómo se puede reparar un vehículo sin fallas? ¿Qué tan severas pueden llegar a ser las multas impuestas por los reguladores si una empresa no es acusada de provocar accidentes, sino de mentir a las autoridades y a los consumidores acerca de las emisiones contaminantes de sus autos?
Volkswagen, el mayor fabricante de autos alemanes, se enfrenta a la peor crisis de su historia reciente después de reconocer que instaló un software para esquivar controles medioambientales en 11 millones de vehículos diésel de todo el mundo. El responsable de destapar el engaño de Volkswagen fue un ecologista, Peter Mock, director de un grupo mediambiental llamado Internatinal Council for Clean Transportation, (ICCT, por sus siglas en inglés).
Estas son las clases de preguntas que probablemente se estén haciendo los ejecutivos de la automotriz alemana Volkswagen AG (VW) en medio del escándalo que produjo la renuncia el miércoles del presidente ejecutivo, Martin Winterkorn. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) podría obligar al fabricante alemán a llamar a revisión casi medio millón de autos en EE.UU. tras la acusación de que instaló software para engañar las pruebas de emisiones contaminantes. VW reconoció que el software está instalado en otros 10,5 millones de vehículos en todo el mundo. Todavía se desconoce dónde se vendieron esos modelos y si la contaminación que producen excede las normas legales.

Es casi seguro, por ejemplo, que los modelos cumplen las regulaciones que la Unión Europea impuso en 2005 para autos nuevos con motores diésel, señaló en una nota a sus clientes Arndt Ellinghorst, analista de Evercore ISI. Ellinghorst agregó que es probable que también satisfagan las reglas más estrictas promulgadas en 2009.

La UE volvió a imponer normas más estrictas este mes, pero VW no necesita hacer modificaciones si los modelos vendidos hasta el mes pasado cumplen la normativa previa. De todos modos, la magnitud de los vehículos alcanzados por el escándalo complica el esfuerzo de la compañía para remediar la situación.

En un escueto comunicado de prensa divulgado el miércoles después de una reunión de ocho horas de los principales accionistas y representantes de los empleados de VW, Winterkorn indicó que "acepta responsabilidad por las irregularidades halladas en los motores diésel" y que entregó su renuncia a la junta de supervisión. "Estoy anonadado ante los acontecimientos de los últimos días", manifestó. "Antes que nada, estoy impactado de que una mala conducta de esta escala haya sido posible en el Grupo Volkswagen".

El escándalo deja a la industria en territorio inexplorado ya que podría desembocar en una multa elevada y un llamado a revisión pese a que, técnicamente, los vehículos no presentan defectos.VW podría instalar equipos que compensen por las mayores emisiones contaminantes o modificar el motor para que cumpla los estándares. Si estas opciones no resuelven el problema, podría verse obligada a compensar a los conductores o recomprar los vehículos.

"Un parche del software en EE.UU. parece muy improbable porque las emisiones son mucho más altas de lo permitido y cualquier ajuste probablemente alteraría el desempeño de los vehículos en forma tan radical que los consumidores ya no desearían tenerlos", advirtió Paolo Martino, analista sénior de la práctica automotriz de la consultora Frost & Sullivan.

Si los cambios en el software, el sistema de emisiones o el motor no bastan para que los autos se ciñan a la normativa estadounidense, VW no tendría más remedio que recomprar los autos y venderlos en los países con estándares menos estrictos. En el peor de los escenarios, podría tener que recomprar y destruir los vehículos, dice Martino.

Incluso antes de considerar la suerte de medio millón de vehículos en EE.UU., VW afronta una letanía de problemas entre los que figuran el perjuicio a su imagen pública, multas que tan sólo en EE.UU. podrían ascender a US$18.000 millones y una acción que perdió un tercio de su valor en dos jornadas, antes de repuntar 6,9% el miércoles.

La magnitud de la multa y las sanciones contra el fabricante alemán dependerían de si es posible vincular a algunos empleados directamente con el engaño y acusarlos de un delito. "Lo que ocurre en el caso de VW es que alguien o, lo que es más probable, un equipo de personas se sentaron y escribieron un programa bastante sofisticado" para engañar las pruebas de emisiones, dice Clarence Ditlow, director ejecutivo de Center for Auto Safety, un grupo de defensa de los consumidores. "Alguien en VW hizo ese programa. El Departamento de Justicia (de EE.UU.) puede averiguar quién fue", añade.

Mientras que VW podría también enfrentar demandas colectivas en EE.UU., la situación en Europa es igual de incierta y hasta podría ser más costosa.

La ministra francesa de Medio Ambiente, Segolene Royal, dijo el miércoles que su gobierno explora si VW cometió fraude fiscal al aprovechar incentivos tributarios para aumentar las ventas de vehículos menos contaminantes. "El Estado otorga bonificaciones por la compra de vehículos limpios, de modo que hay un hurto de fondos públicos en este fraude", aseveró.

El escándalo que ha estremecido a Volkswagen data de al menos 2012, cuando agentes de la EPA y reguladores de California contactaron a sus contrapartes europeos acerca de las altas emisiones en los vehículos con motores diésel. Los reguladores californianos probaron los modelos de VW constantemente y hallaron que contaminaban más en la carretera que en el laboratorio.

En el segundo trimestre de 2014, Drew Kodjak, director ejecutivo de International Council on Clean Transportation, un organismo que promueve el aire limpio, se reunió con un alto funcionario de la EPA y le dijo que un modelo Jetta de 2012 y un Passat de 2013 tenían emisiones de óxido de nitrógeno considerablemente más altas durante condiciones normales de operación de lo que certificaba la agencia. Los investigadores alertaron a VW sobre los resultados.

Durante los próximos 12 meses, la automotriz insistió que las disparidades eran producto de fallas técnicas e incluso realizó un llamado a revisión voluntario en diciembre de 2014 que abarcaba medio millón de autos. Sin embargo, pruebas adicionales realizadas este año mostraron que las medidas de VW no resolvieron la discrepancia en las emisiones.

Las autoridades de California siguieron en contacto con VW acerca de las emisiones más altas. En agosto, un ejecutivo del fabricante se acercó a un regulador durante una conferencia sobre energía y le reveló que VW había estado usando dispositivos para eludir las pruebas de emisiones, según una fuente.

El 3 de septiembre, los reguladores californianos, la EPA y VW realizaron una conferencia telefónica en la que la empresa proveyó información detallada que indicaba que cerca de medio millón de vehículos vendidos a partir de 2008 tenían software de calibración dual que les permitía pasar las pruebas de emisión pero contaminar más durante condiciones normales, añadió una fuente.

Fuente: WSJ en Español y BBC

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